Compartimos el artículo del Dr. García Aretio por considerarlo actual e interesante. Referido al encuentro entre Theuth y Thamus, narrado en uno de los Diálogos de Platón.
En el célebre encuentro entre Theuth y Thamus, descrito en el diálogo platónico Fedro, Theuth presenta a Thamus
una serie de descubrimientos que considera de gran utilidad y que
deberían ser entregados al resto del pueblo. Al llegar al arte de las
letras Thamus le interrumpe y le muestra el posible efecto perverso de las mismas: “ahora
tú, precisamente, padre que eres de las letras, por apego a ellas, les
atribuyes poderes contrarios a los que tienen. Porque es olvido lo que
producirán en las almas de quienes las aprendan, al descuidar la
memoria, ya que, fiándose de lo escrito, llegarán al recuerdo desde
fuera, a través de caracteres ajenos, no desde dentro, desde ellos
mismos y por sí mismos. No es, pues, un fármaco de la memoria lo que has
hallado, sino un simple recordatorio. Apariencia de sabiduría es lo que
proporcionas a tus alumnos, que no verdad. Porque habiendo oído muchas
cosas sin aprenderlas, parecerá que tienen muchos conocimientos, siendo,
al contrario, en la mayoría de los casos, totalmente ignorantes, y
difíciles, además, de tratar porque han acabado por convertirse en
sabios aparentes en lugar de sabios de verdad” (Platón).
¿Qué es lo que un Thamus
del presente podría decir a los “prosumidores” de la Red? Ya sabemos
que cambia la sociedad, cambia la familia ¿y la escuela?, ¿y la
educación?, ¿cuál sería, según el Thamus de hoy, el efecto
perverso de Internet?; ¿si con las letras podría descuidarse la memoria,
con Internet…?; ¿con Internet estamos proporcionando a nuestros
estudiantes de hoy una apariencia de saber, o saber propiamente dicho?,
¿o por el contrario, ofrece Internet sólo apariencia de sabiduría pero
no verdad?; ¿si leen sin aprender parecerá que tienen muchos
conocimientos y, sin embargo, serán ignorantes?
¿Cómo
se sospecha de quienes aparcan los libros de papel y se enganchan a la
red?, ¿los libros de papel son los que dan el marchamo de ciencia, de
cultura, de saber sólido? Quienes viven rodeados de ellos son personas
muy respetadas. Y quienes hoy leen desde la pantalla, los que buscan,
procesan, organizan, almacenan, reelaboran, etc., el saber, ¿son
igualmente considerados, o son más bien calificados despectivamente como
de adictos a la red, a los ordenadores?
fuente: http://paper.li/cued_/1308909340?utm_source=subscription&utm_medium=email&utm_campaign=paper_sub
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